Malditas maletas

Ayer me enfadé con mi maleta (por suerte ella no me devolvió el golpe que le di). ¿Se puede saber porqué cuando ya la tenía llena y preparada pesaba 25 kilos? ¡Ahora sólo falta que Narcís haga la suya y pese 25 más! Con un poco de suerte sólo serán 15 y podré cambiar cosas de sitio.


Mañana quiero cerrar todo y dejarlo preparadísimo porque eso de tener que ir corriendo a última hora me pone de muy mala luna y acabo enfandándome con todos.


Hoy he ido al trabajo pero sólo para decir hola y adiós, borrar una cantidad inimaginable de spam (algo así como 500) y redireccionar los otros correos (los de trabajo) a otra gente. Ni que decir tiene que mi jefe ha quedado contentísimo.


Ahora resulta que no voy a poder colgar fotos de mi niñ@ hasta que lo tenga aquí. Lo siento por vosotros pero ya las pondré cuando pueda. Es verdad que los niños tienen su derecho a la intimidad y hasta que no sea nuestro de verdad no tenemos ningún derecho (valga la redundancia) para mostrar su imagen. Bueno, de momento aquí tenéis una de nosotros 3. Es del verano pasado pero me gusta mucho. Ahí la dejo.


El próximo post esperamos que sea ya desde Karaganda. Ya os iremos explicando.